Hace 40 años el imperialismo británico triunfó de la mano de militares cobardes y asesinos. Hace 101 años el imperialismo británico se apoderó de grandes negocios y tierras, también de la mano de militares cobardes y asesinos.

En esta fecha renovamos nuestro eterno reconocimiento a nuestra juventud que ofrendó su vida con la convicción de defender la soberanía en el territorio insular argentino de las Malvinas.

Muchos dieron sus vidas durante la guerra y muchos más después ante el injusto desprecio y ocultamiento al que fueron sometidos por sucesivos gobiernos. Lamentablemente también nuestra sociedad tardó mucho tiempo en comprender las secuelas que deja una guerra agravada por la falta de reconocimiento social a semejante sacrificio.

Sabemos que el 2 de abril fue un acto desesperado de la sangrienta dictadura que dos días antes había tenido la primera gran huelga y movilización organizada por el movimiento obrero y ya veía que sus sueños de eternidad comenzaban a desmoronarse.

Nos preguntamos si “algún servicio de inteligencia” le habrá susurrado al oído de estos cobardes sanguinarios la “conveniencia” de hacer el desembarco en Malvinas para seguir en el poder y cambiar su triste papel de “asesinos” por el de “libertadores”, cosa que solo su soberbia podría hacerles pensar. Sobre esta hipótesis queremos reflexionar a 40 años de aquel desembarco.

¿Qué intereses salieron triunfando de esta guerra? Margaret Thatcher, primera ministra británica estaba en una baja consideración social que el triunfo militar en Malvinas revirtió y le permitió llevar adelante las profundas y regresivas reformas en la propia sociedad británica cerrando minas y fuentes de trabajo, bajando los presupuestos de salud pública, cobertura social y educación como nunca se había visto en Inglaterra. Paralelamente su par estadounidense, el presidente Ronald Reagan hizo lo mismo en los EEUU. Acciones que generaron el inicio de la desaparición del Estado de Bienestar que se aceleró con la implosión de la Unión Soviética en 1989.

Nació un nuevo mundo mucho más injusto que el anterior y fue liderado por estas dos figuras que se fortalecieron con el triunfo coaligado en Malvinas.

¿Quiénes salimos perdiendo? En primer lugar, nuestra juventud que ofrendó su vida y a quienes, reiteramos nuestro eterno reconocimiento y a quienes sobrevivieron nuestra mayor comprensión y solidaridad. Pero las consecuencias fueron mucho más allá. Argentina quedó arrodillada y los gobiernos democráticos que se sucedieron desde 1983, si bien tuvieron la valentía de juzgar a los asesinos, no pudieron revertir las consecuencias sociales y económicas de la dictadura y de la dependencia extranjera a la que nos arrastró. Pero también esta guerra contribuyó al empoderamiento de los nuevos liderazgos neoliberales del mundo que tanto daño global nos siguen haciendo.

Vale hacer un paralelismo con lo sucedido 101 años antes cuando el general Villegas hizo ondear la bandera argentina por primera vez en cercanías del Nahuel Huapi luego de atacar los hogares de los pobladores originarios. Acciones que terminaron con la entrega de muchos negocios y de casi toda la superficie de las hoy provincias de Chubut y Santa Cruz a los capitales ingleses que financiaron la llamada Campaña del Desierto. O sea, luego de ondear la bandera argentina se asentaron los ingleses para hacer su negocio y dar por tierra en la práctica la supuesta soberanía argentina.1

Es lo que hacen los asesinos con uniforme de patriotas al servicio del capital extranjero y son las lecciones de nuestra historia que debemos estudiar y revertir.


1Para ilustrar este paralelismo histórico citamos las palabras del Licenciado, escritor y periodista barilochense Adrián Moyano: “Hubo otro 2 de abril, 101 años antes. Después de atacar los hogares de Rewkekura, Ñankucheo, Sayweke y sus gentes, tres brigadas del Ejército Argentino confluyeron donde el río Limay nace del Nahuel Huapi. 10 kilómetros al este, levantaron su campamento. Su jefe, el general Villegas, hizo ondear por primera vez la bandera argentina, en el cerro que hoy se conoce con ese apellido. 1881: nunca antes tropas argentinas habían pisado este territorio y nunca antes había prosperado poblado español alguno en estos espacios. Fue durante la segunda fase de la así llamada Campaña al Desierto, pero recién se consolidó el despojo del territorio mapuche y tehuelche hasta entonces libre, a partir de 1882-1883. De la mano del Ejército llegaron el capitalismo y las instituciones estatales con sus jerarquías, su monopolio de la coerción y su verticalismo. En las primeras décadas del siglo XX, el otro 2 de abril se festejó en las escuelas de Bariloche: las nietas y los nietos de los sobrevivientes debieron honrar a los asesinos de sus mayores, a la vez que recibían castigos si hablaban mapudungun. Al mismo tiempo, veían cómo los campos y bosques que durante milenios abrigaron la cultura de sus ancestros, se convertían en mercancías en manos de poderosos. Denme mejor definición de colonialismo…

Fuera ingleses de Malvinas, sí. Pero adiviná la inversión extranjera de qué origen se disparó en la Argentina después de 1880… Adiviná hacia dónde creció el comercio exterior. Que adivines adónde viajaba periódicamente Roca a recibir agasajos no hace falta, porque está documentado. Honor a los combatientes y caídos en Malvinas, sí. Pero memoria, verdad y justicia para el pueblo mapuche. Los weichafe que cayeron entre 1878 y 1885, también estaban enfrentando una usurpación colonial.”