Demasiada conciencia social y política atesoraba el pueblo argentino, al igual que de los países hermanos del cono sur. Esa era una traba fundamental a la aplicación de las medidas económicas de saqueo extremo que el sistema capitalista en su transición hacia el neoliberalismo necesitaba imponer. Sí, imponer, y lo hizo a sangre y fuego.

Esto permitió que rápidamente, Martínez de Hoz comenzara el desguace del Estado, descentralizando -sin presupuesto-, funciones como la educación y la salud, además de generar la monumental y condicionante deuda externa.

La represión, además de privarnos de gran parte de una generación amante de la igualdad y la justicia también sirvió para lavar cabezas vía el temor y el «no te metás». Sus consecuencias fueron terribles, 30.000 desapariciones, hijos apropiados, patrimonios saqueados y el inicio de la pobreza estructural que Menem completó.

El desguace del Estado que la constitución de 1994 permitió y profundizó al pasar la propiedad del subsuelo a manos provinciales fue la clave para la entrega de riquezas mineras y carburíferas como las que la sociedad cada vez con más conciencia trata de frenar, al igual que la explotación industrial del suelo y la privatización de puertos y la consecuente desaparición de la flota mercante, tema por estos días en discusión, por vencerse las concesiones que lamentablemente el gobierno volverá a entregar.

El inédito juicio a las juntas marcó una tremenda diferencia para con nuestros países vecinos y generó una importante conciencia acerca del rechazo a cualquier forma dictatorial de gobierno, pero ello no se transmite automáticamente a las nuevas generaciones, por ello este día debe utilizarse para mantener viva esa memoria y sostener en el tiempo esa conciencia.

Lamentablemente ese juicio no fue completado con el juicio a los civiles que aplicaron el saqueo y por ello esa parte de la historia ha quedado enterrada y de ahí la actual grave situación de aceptación cultural al neoliberalismo y sus graves consecuencias sociales y ambientales.

Por ello es absolutamente imprescindible actuar sobre las dos contradicciones fundamentales de este modelo neoliberal: la desigualdad y la destrucción del ambiente.

Desde el Partido Socialista, creemos absolutamente correcta la estrategia que hemos comenzado a construir, sosteniendo la memoria y el reclamo de verdad y justicia que nos enseñaron las madres, las abuelas y demás organizaciones de derechos humanos, militando la construcción de un frente socio ambiental, en la búsqueda de la igualdad social, los derechos de las mujeres y la defensa del ambiente.

Secretaría de Comunicación
Partido Socialista de Río Negro