ÍNDICE:

  1. PARTE I | DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO SOCIALISTA
  2. PARTE 2 | FEMINISMO
  3. PARTE 3 | ECOSOCIALISMO

ANEXO II

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO SOCIALISTA DE RÍO NEGRO

ACTUALIZADA EL 4 DE MARZO DE 2017 EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD RIONEGRINA DE
SAN ANTONIO OESTE – REPÚBLICA ARGENTINA

PARTE I

Declaración de principios del Partido Socialista Aprobada por el Congreso fundacional del Partido Socialista Argentino -28 y 29 de junio de 1896

El Partido Socialista, representado por sus delegados reunidos en Congreso, afirma:

Que la clase trabajadora es oprimida y explotada por la clase capitalista gobernante.

Que ésta, dueña como es de los medios de producción, y disponiendo de todas las fuerzas del Estado para defender sus privilegios, se apropia la mayor parte de lo que producen los trabajadores y les deja sólo lo que necesitan para poder seguir sirviendo en la producción.

Que por eso, mientras una minoría de parásitos vive en el lujo y la holgazanería, los que trabajan están siempre en la inseguridad y en la escasez, y muy comúnmente en la miseria.

Que en la República Argentina, a pesar de la gran extensión de tierra inexplotada, la apropiación individual de todo el suelo del país ha establecido de lleno las condiciones de la sociedad capitalista.

Que estas condiciones están agravadas por la ineptitud y rapacidad de la clase rica, y por la ignorancia del pueblo.

Que la clase rica mientras conserve su libertad de acción, no hará sino explotar cada día más a los trabajadores, en lo que la ayudan la aplicación de las máquinas y la concentración de la riqueza,

Que, por consiguiente, o la clase obrera permanece inerte y es cada día más esclavizada, o se Levanta para defender desde ya sus intereses inmediatos y preparar su emancipación del yugo capitalista.

Que no sólo la existencia material de la clase trabajadora exige que ella entre en acción, sino también los altos principios de derecho y justicia , incompatibles con el actual orden de cosas.

Que la libertad económica, base de toda otra libertad, no será alcanzada mientras los trabajadores no sean dueños de los medios de producción.

Que la evolución económica determina la formación de organismos de producción y de cambio cada vez más grandes, en que grandes masas de trabajadores se habitúan a la división del trabajo y a la cooperación.

Que así, al mismo tiempo que se aleja para los trabajadores toda posibilidad de propiedad privada de sus medios de trabajo, se forman los elementos materiales y las ideas necesarias para sustituir el actual régimen capitalista con una sociedad en que la propiedad de los medios de producción sea colectiva o social, en que cada uno sea dueño del producto de su trabajo, y a la anarquía económica y al bajo egoísmo de la actualidad sucedan una organización científica de la producción y una elevada moral social.

Que esta revolución, resistida por la clase privilegiada, puede ser llevada a cabo por la fuerza del proletariado organizado.

Que mientras la burguesía respete los actuales derechos políticos y los amplíe por medio del sufragio universal, el uso de estos derechos y la organización de resistencia de la clase trabajadora serán los medios de agitación, propaganda y mejoramiento que servirán para preparar esa fuerza.

Que por este camino el proletariado podrá llegar al poder político, constituirá esa fuerza, y se formará una conciencia de clase, que le servirán para practicar con resultado otro método de acción cuando las circunstancias lo hagan conveniente.

PARTE II

FEMINISMO, UNA ROSA DE LOS VIENTOS PARA TODOS LOS DERECHOS POR CONQUISTAR

A partir de la primera movilización nacional convocada por el movimiento de mujeres conocida como “Ni Una Menos”, (NUM) se produjo en nuestra sociedad un punto de inflexión en la conciencia colectiva respecto a la significación y el impacto de la violencia machista: las mujeres sufren violencia por el solo hecho de ser mujeres. Y la única forma de erradicar definitivamente la violencia hacia las mujeres es construir una sociedad donde varones y mujeres tengan igualdad de oportunidades y de trato. Donde no exista un sexo, los varones, que subordina en todos los ámbitos a otro sexo: las mujeres

Las conductas violentas no son una enfermedad. No son patologías: son conductas aprendidas dentro del proceso de socialización patriarcal. No existen la furia homicida, el crimen pasional, existe el femicidio como expresión más cruel y acabada de la discriminación sexual. Pensar los asesinatos de mujeres como “situaciones imprevisibles e inevitables”, o como episodios de una sociedad cada vez más violenta equipara a la violencia sexista con la fatalidad, y no con un proceso histórico que puede y debe cambiarse.  

La vitalidad que han adquirido los movimientos feministas, y en particular, el movimiento “NUM” se sostiene en la legitimidad de su programa político de reivindicaciones basado en la experiencia sistemática y cotidiana de discriminación sufrida por las mujeres de todos los sectores sociales, de todas las edades y en todos los ámbitos. Así, la bandera del “Ni Una Menos” es una consigna potente para orientar la acción. Pero el programa político, los principios de los actuales feminismos son mucho más vastos y abarcan reivindicaciones en todos los ámbitos para la concreción de la igualdad real entre varones y mujeres.

Entre las reivindicaciones actuales de mayor envergadura, el movimiento feminista exige el DERECHO AL ABORTO porque las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus vidas y sus propios cuerpos. No hay nada, ni la amenaza de ir presa ni la posibilidad de morir, que pueda convencer a una mujer a continuar un embarazo que no desea, cualquiera sea la razón o circunstancia por la que atraviesa, porque solo el deseo hace madre a una mujer y porque ser madre debe dejar de ser un mandato cultural exigible para todas las mujeres.

El movimiento feminista exige EDUCACIÓN SEXUAL y más integralmente una EDUCACIÓN NO SEXISTA NI ANDROCÉNTRICA. No cuestiona la heterosexualidad per se, ni combate la decisión de construir una familia: rechaza a la heteronormatividad como única expresión válida de la identidad sexual y valora todas las formas de familias, de coexistencia afectiva, de realización del deseo y de expresión del amor.

El movimiento feminista exige SALARIOS IGUALES POR TRABAJOS DE IGUAL VALOR. Las mujeres trabajadoras ganan en promedio un 30% menos que sus compañeros varones, no acceden a los espacios de dirección, a los puestos más valorados y los trabajos considerados “femeninos” son los peores pagos y los más precarios.

El movimiento feminista exige que LAS TAREAS DOMÉSTICAS Y DE CUIDADO SEAN CONSIDERADAS TRABAJO. Las mujeres siguen siendo quienes se ocupan mayoritariamente de las tareas domésticas y del cuidado de sus niños y niñas y de las personas adultas enfermas o no auto válidas. La división sexual del trabajo, preexistente a la consolidación de las sociedades modernas, se mantiene inmutable e impide que las mujeres desarrollen actividades en el ámbito público en condiciones de igualdad con los varones. El Estado debe promover una distribución equitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidado y debe garantizar espacios públicos de cuidado de calidad para niños, niñas y adultos mayores.

El movimiento feminista exige PARIDAD EN TODOS LOS ESPACIOS DE DECISIÓN. El cupo de participación femenina ha mostrado ser una excelente estrategia de participación política para las mujeres pero pasados más de 25 años de su aplicación, muestra sus límites, transformado en techo y no en el piso con el cual se promovió. Es indispensable para hacer efectiva la igualdad real, avanzar hacia la paridad en los tres poderes del estado en sus tres niveles, y superar la infrarrepresentación femenina que hoy existe en los parlamentos y la vergonzosa participación de mujeres en los poderes ejecutivos y judicial, porque SIN MUJERES NO HAY DEMOCRACIA.

Los valores, principios y reivindicaciones de los feminismos son parte integrante fundamental de nuestro ideario y programática partidaria. Y son valores que sostenemos y militamos tanto varones y mujeres. Desde su nacimiento, el movimiento feminista fue acompañado por varones con conciencia avanzada sobre la condición jerarquizada de los géneros, por lo que lejos de excluirlos de la lucha, promovemos su participación activa por los derechos igualitarios para las mujeres que son un aspecto fundamental de los derechos humanos de todos y todas.

En el Prefacio de su libro “Dimensiones de democracia radical”, Chantal Mouffe expresa que “ la tarea de repensar la política democrática es más urgente que nunca” y que “ el objetivo de la izquierda debería ser la extensión y profundización de la revolución democrática iniciada hace doscientos años” porque si lo que “constituye la democracia moderna es la afirmación de que todos los seres humanos son libres e iguales, queda claro que no es posible encontrar principios más radicales para organizar la sociedad”  

En nuestra región, América Latina, las luchas feministas y el accionar de los diversos movimientos de mujeres han jugado un rol fundamental en la paulatina eliminación de los estereotipos sexistas y en la discriminación hacia las mujeres. Como nos dice Valentina da Rocha Lima “el feminismo se ha convertido en una nueva dimensión de la vida y la política, cuyas consecuencias sociales aún no podemos evaluar”

El camino que falta recorrer no será seguramente ni corto, ni sencillo. Las grandes movilizaciones y concentraciones en diversas ciudades del país que reclaman la eliminación de la violencia machista, han abierto una brecha en la sólida estructura patriarcal. Reafirmamos que la construcción de una sociedad plenamente igualitaria y democrática tiene como requisito imprescindible no solamente la eliminación de la desigualdad económica que empuja a millones de seres humanos a la indigencia y a la exclusión, sino también la rearticulación de las esferas pública y privada. La redistribución igualitaria entre varones y mujeres del trabajo reproductivo es el elemento clave y la gran asignatura pendiente de la sociedad moderna. El desafío está abierto: eliminar el contrato sexual originario y construir un nuevo contrato social plenamente igualitario.

Las organizaciones de izquierda tenemos en las reivindicaciones de los movimientos feministas una rosa de los vientos para todos los derechos por conquistar.

PARTE III

ECOSOCIALISMO: ALTERNATIVA AL NEOLIBERALISMO DESTRUCTOR

A quienes no aceptan la derrota…un mensaje de esperanza movilizadora

“El neoliberalismo es la razón del capitalismo contemporáneo, un capitalismo sin el lastre de sus referencias arcaizantes y plenamente asumido como construcción histórica y norma general de la vida. El neoliberalismo se puede definir como el conjunto de los discursos, de las prácticas, de los dispositivos que determinan un nuevo modo de gobierno de los hombres según el principio universal de la competencia…  Se trata, de hecho, de producir  una relación del sujeto individual consigo mismo que sea homóloga a la relación del capital consigo mismo: una relación, precisamente, del sujeto con él mismo como ^capital humano^ que debe aumentar indefinidamente. O sea un valor que hay que incrementar cada vez más. Como se ve, no se trata tanto de teorías falsas que hay que combatir, o de conductas inmorales que hay que denunciar, como de todo un marco normativo que hay que desmantelar para sustituirlo por otra ^razón del mundo^. Esto es lo que está en juego en las luchas sociales actuales, que decidirán la prolongación o incluso la radicalización, o por el contrario, el fin de esta lógica neoliberal.” (*)

El principal aporte para entender al neoliberalismo lo hizo Michel Foucault a partir de su análisis publicado en 1979 bajo el título “Nacimiento de la biopolítica”. Él explicó que se trata de una “razón gubernamental”, de la instauración de procedimientos mediante los cuales se dirige, a través de una administración de Estado, la conducta de los hombres. Se trata entonces no de la institución gobierno sino de la actividad consistente en regir la conducta de los hombres en un marco y con instrumentos de Estado. “En contra de lo que se ve en una percepción inmediata y de la idea, demasiado simplista, de que son los mercados los que, desde el exterior, han conquistado los Estados y les dictan las políticas a seguir, son ciertamente los Estados – empezando por los más poderosos entre ellos – los que han introducido y universalizado en la economía, en la sociedad y hasta en su propio seno, la lógica de la competencia y el modelo de empresa…” (*)

“El pensamiento liberal no es una ideología, para mentar ese término esgrimido por Marx y los marxistas. No es una ideología, sino una tecnología de poder implementada para garantizar el incremento de la producción y el mantenimiento de la gobernabilidad”. (**)

A partir de estos aportes y de la comprobación empírica de estas ideas en la práctica social afirmamos que el sistema capitalista, en esta etapa neoliberal, más globalizada que nunca, pone en primer lugar al capital y su indefinida multiplicación como su objetivo primordial y utiliza a los seres humanos y el resto de la naturaleza como recurso, lo que genera la brutal desigualdad social que hoy sufre la humanidad y los graves peligros ambientales a los que está sometido nuestro planeta.

El ecosocialismo es una corriente política basada en una constatación esencial: la protección de los equilibrios ecológicos del planeta, la preservación de un medio favorable para las especies vivientes –incluida la nuestra- son incompatibles con la lógica expansiva y destructiva del  sistema capitalista. La búsqueda del “crecimiento” bajo la égida del capital nos conduce, en efecto, a corto plazo –los próximos decenios-, a una catástrofe sin precedentes en la historia de la humanidad: el calentamiento global.” (***)

“El planeta Tierra, la creación, el mundo en el que la civilización se desarrolló, el mundo con las normas climáticas que conocemos, con su geografía costera estable, está en peligro, un peligro inminente, La urgencia de la situación solo se cristalizó a lo largo de los últimos años. Ahora tenemos pruebas evidentes de la crisis (…). La sorprendente conclusión es que la continuación de la explotación de todos los combustibles fósiles de la Tierra no solo amenaza a millones de especies en el planeta, sino también la supervivencia de la humanidad misma –y los plazos son más cortos de lo que pensamos-“ (****)

El neoliberalismo es causa principal de la desigualdad y la destrucción del planeta.  El neoliberalismo, como sistema de gobierno, no solo de los Estados, sino y principalmente de las mentes, ha calado hondo en la conciencia social generando el ^hombre económico^, cautivado por la competencia ilimitada y destructiva, incluso hacia sí mismo. Ha generado una actitud consumista e individualista a partir de la pulsión al consumo permanente de tecnología, de objetos y de sensaciones superficiales. Utiliza toda clase de recursos con ese objetivo, entre los cuales está la publicidad que induce pautas de consumo y normas de conducta masiva. Mientras los dominadores de este perverso sistema acumulan riquezas y poder en proporciones sin precedentes, en contraste y como contrapartida con la grosera pobreza y marginalidad de cada vez más habitantes del planeta, no solo se destruyen los más elementales lazos de solidaridad humana sino que se destruye el planeta sobre el cual se sustenta la vida, como hoy la conocemos.

Esta situación global demanda una rápida acción global del conjunto social: Como tiene claramente dos componentes, la desigualdad y la destrucción del planeta la alternativa debe plantearse modificar ambas a la vez.

“Lucha contra la mercantilización del mundo y defensa del medio ambiente, resistencia a la dictadura de las multinacionales y combata por la ecología están íntimamente relacionadas en la reflexión y en la práctica del movimiento mundial contra la mundialización capitalista/liberal.” (***)

“El ecosocialismo tiene como objetivo proveer una alternativa de civilización radical a lo que Marx denominaba el “progreso destructivo” del capitalismo. Propone una política económica que satisfaga las necesidades sociales y que mantenga el equilibrio ecológico; esta debe estar basada, entonces, en criterios no monetarios y extraeconómicos. Los principales fundadores del ecosocialismo encuentran su origen en el movimiento ecológico, al mismo tiempo que en la crítica marxista de la economía política. “(***)

El ecosocialismo pone a los seres humanos en armonía con el resto de la naturaleza como objetivo y al capital como recurso. En esa vía hay una unidad de acción que unifica la lucha contra las políticas de ajuste de los organismos internacionales con sus consecuencias sociales y ecológicas dramáticas: “desocupación masiva, destrucción de los servicios públicos, de las protecciones sociales y de las culturas cuyos productos están destinados a la alimentación, agotamiento de los recursos naturales para favorecer la exportación”. Frente a esto surge “la necesidad de producir localmente bienes poco contaminantes, con normas controladas, y de asegurar la soberanía alimentaria de las poblaciones, en contra de la avidez de las grandes empresas capitalistas.” (***)

Hay una imperiosa necesidad de convergencia y articulación entre los movimientos sociales y los movimientos ecologistas, de los sindicatos y de los defensores del medioambiente, de los “rojos” y de los “verdes”. La esfera política tiene como misión lograr esa unidad de acción.

Para ello debemos tener la convicción de que es posible construir un sistema de convivencia diferente, cimentado en formas democráticas y participativas que hagan realidad la inclusión social, la igualdad de género y se atreva a generar nuevas formas de producir y distribuir la riqueza de manera equitativa sin destruir el planeta. La erradicación de la pobreza es el reto más importante en la actualidad, la máxima prioridad y requisito indispensable para el desarrollo humano, concepto infinitamente más amplio que el de crecimiento económico. Este reto nos convoca y a partir de allí nos proponemos construir la ESPERANZA MOVILIZADORA que supere al falso optimismo que hoy sostiene un importante porcentaje de nuestra sociedad.

En nuestro país, la participación ciudadana en diversas organizaciones sociales y gremiales ha sido la base a partir de la cual nuestro pueblo maduró y alcanzó la comprensión de organizarse políticamente para llevar a los niveles de decisión del Estado sus reivindicaciones y poner al mismo al servicio de la sociedad. Así surgieron los partidos radical, socialista y justicialista en 1890, 1896 y 1945 respectivamente, así como muchas otras organizaciones producto de variantes de esta tres.

En algo más de un siglo lograron incidir positivamente en las decisiones del Estado para mejorar la igualdad y la calidad de vida del pueblo argentino. Como contrapartida, los golpes de Estado, durante ese mismo período fueron las causas fundamentales de los retrocesos sociales y económicos. Hoy sufrimos retrocesos protagonizados por las mismas organizaciones que antes nos permitieron avanzar. El fracaso y/o el retroceso programático e ideológico de los partidos políticos es el resultado del avance de las ideas neoliberales en las mentes de sus protagonistas pero esto no invalida el valor de su existencia y el aporte que nos hicieron a lo largo del siglo XX.

Diversos gobiernos elegidos democráticamente por el pueblo se fueron distanciando de sus principios y sus bases acercándose a los sectores concentrados de la economía, alejando paulatinamente a la ciudadanía de su participación activa en política, lo que constituye una grave derrota popular y un retroceso al siglo XIX en materia de organización social y política.

El poeta alemán Bertolt Brecht nos interpela de manera dramática y directa a través de su dura prosa: “El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado y de las medicinas dependen de las decisiones políticas…”

Los sectores dominantes y sus técnicos toman permanentemente decisiones que nos están llevando al actual modelo social desigual y económico destructor del mundo e “inducen” a gobernantes a seguir sus dictados. Total ellos no reciben las consecuencias inmediatas no mediatas de las mismas y menos aún jamás reconocerán responsabilidades al respecto. Las mayorías pueden equivocarse en sus decisiones, pero siempre por el mismo camino, tienen la oportunidad de modificar lo que en la práctica se compruebe ha sido perjudicial esencialmente porque sí son víctimas de las mismas.

Nuestra propuesta es que esas decisiones las tome la sociedad de manera participativa, democrática y libremente informada.

El diagnóstico acerca del neoliberalismo, la propuesta de unir las reivindicaciones sociales con las ambientales y nuestra experiencia histórica nos desafían a recomponer la unidad entre pueblo y política a partir de estos principios y con los objetivos enunciados.

El camino a recorrer hacia este horizonte anhelado requiere un fuerte compromiso social en la toma de decisiones para la mejora de la condición humana. La sociedad no puede dejar su presente ni su futuro en manos ajenas. Es posible revertir las injusticias y el rumbo suicida de hoy tomando la decisión de pensar con cabeza propia y asumiendo, el conjunto social el protagonismo que el neoliberalismo le ha arrebatado. Es posible e imprescindible participar activamente para mejorar la democracia y hacerla coherente con los intereses populares.

No aceptemos la derrota…construyamos la esperanza movilizadora.


(*) Cristian Laval y Pierre Dardot: “La nueva razón del mundo”  Editorial Gedisa, S.A., Barcelona – 2013-
(**) Roberto Echavarren: “Foucault: una introducción” Editorial Quadrata, CABA -2014-
(***) Michael Löwi: “Ecosocialismo, la alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista” Ediciones Herramientas y Editorial El Colectivo, Bs. As. – 2011 –
(****) James Hanson (climatólogo de la NASA): Storms of my Grandchildren. The Truth About the Coming Climate Catastrophe and ouer Last Chance to Save Humanuty, Nueva York -2009- Citado por Michel Löwi en la obra mencionada