Continuando con la segunda parte sobre el Partido Socialista y el Cooperativismo, un aporte de Alfredo Luis Cecchi*, hoy nos sumergiremos en en el mundo de El Hogar Obrero.

La Parte 1 de este artículo nos introdujo en el contexto histórico que dio lugar al surgimiento de las cooperativas.

El próximo jueves, en la tercera y última entrega de esta trilogía, será el turno de «La Promoción Cooperativa desde la Gestión Pública». Las ideas y sueños convertidas en realidad…

Cooperativa El Hogar Obrero

Considerando lo expuesto en «El Partido Socialista | Parte 1», y en el marco de esas luchas y desafíos heroicos por educar al pueblo trabajador en el uso de las herramientas de emancipación, no debe extrañar que en los albores del siglo XX, más concretamente el 30 de julio de 1905, se constituyera El Hogar Obrero, como Cooperativa de Ahorro y Préstamo, en asamblea presidida por Nicolás REPETTO, y cuyo primer Consejo de Administración presidió Juan B. JUSTO, que lo hizo hasta 1911: “La Cooperativa El Hogar Obrero ostenta el origen modesto que es común a todas las grandes y genuinas cooperativas del mundo. En ningún caso tan justificada como en éste, la profunda sentencia del celebrado pensador y comediógrafo George Bernard Shaw: ‘ninguna cosa realmente importante empieza de una manera solemne’. Todas las obras destinadas a alcanzar gran desarrollo y a prestar servicios efectivos, comienzan por lo general, en ambientes modestos y bajo formas a menudo insignificantes”. a

El objetivo inicial de la Cooperativa fue proporcionar crédito a sus asociados para la adquisición de casa-habitación, construcciones que también podían alquilarse. Ese objetivo societario no fue azaroso, sino que respondía a la realidad argentina, toda vez que la vivienda era el aspecto más desfavorable de la vida social de entonces. Como lo sostuvo el mismo JUSTO en 1912: “ni los trabajadores españoles, que son los de exigencias más modestas que yo he conocido en Europa, podrían avenirse a la idea de venir a meterse con toda su familia en una sola pieza, sin cocina, letrina ni baño propio, y sin más anexo que un pedacito de patio o galería”.b

La Vanguardia, ediciones del 29 de julio (arriba), y del 5 de agosto de 1905 (abajo).

Inmediatamente de iniciadas sus actividades, hubo de enfrentar un obstáculo que pudo haber sido fatal: la ley de patentes para 1906 preveía gravar las cooperativas con un importe que las hacía económicamente inviables. Interesado el diputado nacional Alfredo L. PALACIOS en la cuestión, se convocó a nueva asamblea en febrero de 1907, oportunidad en la que Juan B. JUSTO informó que gracias a las gestiones acometidas durante más de un año por PALACIOS, se había conseguido del Congreso la supresión de la patente. Así, de aquella iniciativa socialista que consumaron los primeros 49 trabajadores asociados, en 75 años se pasó a la Cooperativa que tenía asociada a casi el 5% de la población argentina.

Desde sus inicios, las acciones de El Hogar Obrero se enmarcaron dentro de los principios rochdelianos, y desde aquellos albores se comenzó a practicar -por ejemplo-, la integración cooperativa y el compromiso con la comunidad, ya que en 1908 admitió como asociado al Centro Socialista Obrero, que suscribió tres acciones ordinarias; ese mismo año, también se incorporó la Asociación Pro Fomento de la Educación Laica, de Morón, que suscribió 40 acciones a nombre de Pascuala CUETO y Juan B. JUSTO; y en 1911, acordó un préstamo hipotecario a la Cooperativa Obrera del Pan, de Rosario, de $ 15.300, destinado a la ampliación del edificio propio y a cancelar un préstamo hipotecario contraído con terceros.

En 1910 la Cooperativa El Hogar Obrero se convirtió en la primera cooperativa no europea admitida en el seno de la Alianza Cooperativa Internacional.

A la construcción de casas individuales, y luego construcciones colectivas de casas, le siguió en 1911 la instalación de la sección panadería, y en 1913, la sección consumo, y tras la primera guerra mundial -durante cuyo desarrollo sufrió el impacto del 20% de desocupación que padecía el país, con una inflación muy significativa dada la dependencia de la manufactura importada que prácticamente había duplicado sus precios, lo que generó una significativa caída del poder adquisitivo del salario y, como consecuencia de ello, se generaron dificultades en los asociados para hacer frente a sus compromisos de cuotas por la adquisición de casas-, no dejó de crecer practicando con fidelidad los principios cooperativos.

Pronto, desde El Hogar Obrero se convocó al I° Congreso de las Cooperativas Argentinas que se celebró en Buenos Aires en marzo de 1919, del que participaron 36 delegados que representaban a 21 cooperativas, y donde se fijó las características distintivas de las verdaderas cooperativas, estableciendo bases generales para su organización administrativa, determinando los puntos que debía comprender la reglamentación legal para colocar a estas sociedades en una condición jurídica concordante con su finalidad, y proclamó -en principio-, la necesidad de hacer las compras en común, y de agrupar a las cooperativas en un organismo federativo.

Esas conclusiones sirvieron de base para el I° Congreso Argentino de la Cooperación convocado por el Museo Social Argentino 1 para octubre de 1919, el que se desarrolló con la asistencia de representantes de 108 cooperativas, 76 instituciones culturales, y 111 dirigentes cooperativos que asistieron a título personal. El tema central fue el tratamiento de un proyecto de ley de cooperativas, y sus discusiones hicieron centro en la inclusión o no en la legislación a generar, de la neutralidad política y religiosa, la remuneración de los directivos, y la exención impositiva 2.

A instancias de Juan B. JUSTO, ese I° Congreso solicitó a la Alianza Cooperativa Internacional fijar una celebración anual del Día Internacional de la Cooperación, lo que sucedió desde 1923.

Desde aquellas épocas iniciales, la evolución económica del país sufrió barquinazos de todo tipo, sea por cuestiones del mercado mundial como durante ambas guerras, o por la gran depresión del ´29 y ´30, el abandono del patrón oro, y el proteccionismo en las economías centrales de entonces, o por razones internas, como el dirigismo económico de inspiración conservadora, luego el del populismo con su ínsita demagogia política, etc., no obstante lo cual, El Hogar Obrero demostró capacidad para superar las limitaciones del medio y responder a los cambios y desafíos de un ambiente dinámico, sin dejar en el camino la ética ni la concepción económica que inspira a toda empresa de economía solidaria sin fines de lucro.

Lo que acabamos de afirmar, está demostrado -entre muchísimos actos-, en la permanente tarea educativa llevada adelante, tanto destinada a sus asociados como a la comunidad, a tal punto que, por ejemplo, desde el 1° de noviembre de 1913 en que apareció La Cooperación Libre, órgano de El Hogar Obrero, nunca dejó de aparecer mientras funcionó la cooperativa, a pesar de los obstáculos que tuvo que sortear. O de la inversión con todo escrúpulo del entonces significativo importe de diez mil pesos recibidos como legado a la muerte de Ángel M. GIMÉNEZ -uno de sus fundadores-, empleados en la difusión de los valores y principios del cooperativismo. O de la inauguración de la Biblioteca de la Cooperativa Enrique CORONA MARTÍNEZ, inaugurada en 1965, solo por citar algunos ejemplos de su función educativa.

Finalmente, en el ocaso de la década del ´80, El Hogar Obrero se configuraba como la sexta empresa más importante del país en el sector servicios, y la más grande entre las privadas, con un capital de U$S 650 millones. Tuvo casi dos millones de asociados, una red de supermercados denominados Supercoop con 300 sucursales en todo el país, y 13.500 empleados. Hasta ese entonces, con sus propios recursos humanos y materiales, había construido directamente alrededor de 5.000 viviendas para familia, y otorgado más de 35.000 créditos hipotecarios a sus asociados destinados a la construcción, refacción o compra de unidades de vivienda.

Con la llegada del peronismo al gobierno nacional, la aplicación del Plan Bonex le hizo perder en 1990 más del 70% de su capital, lo que le provocó pronto una situación de insolvencia, convocando en 1991 a concurso de acreedores. Cancelado totalmente el pasivo, El Hogar Obrero continuó sobreviviendo, y desde 2005 retomó la labor cooperativa con la construcción de 150 viviendas en la localidad de Paso del Rey, la entrega de préstamos personales, y la realización de actividades recreativas conjuntamente con el Centro Cultural SÁNCHEZ VIAMONTE.

Así, la existencia de la Cooperativa El Hogar Obrero constituye una destacadísima experiencia social argentina, y una escuela para todo el cooperativismo, custodia de sus doctrinas y ejemplo en sus prácticas, que mostró un modelo de crecimiento genuino, erigiéndose como factor de integración cooperativa, y una presencia moral en la sociedad argentina, que centró su desarrollo en la educación económica del pueblo.

*Alfredo Luis Cecchi
Coordinador de la
Comisión Nacional de Historia del PS

Secretaría de Comunicación
Partido Socialista de Río Negro

Referencias

1 Institución privada de bien público constituida en 1911 con objetivos humanísticos, científicos, y artísticos destinados a promover la cooperación y la solidaridad social, la educación, la cultura, y el bien general. [Volver]
2 De iniciativa socialista, la ley recién se sancionó en 1926, y llevó el N° 11388. [Volver]

a Nicolás REPETTO, Cómo nace y se desarrolla una Cooperativa, Ed. Intercoop, Buenos Aires, 1976. [Volver]
b Celso Tíndaro, Ideario de Juan. [Volver]