La pasión de Guillermo!

En un nuevo aniversario de su despedida, recordamos al maestro, un imprescindible de la política argentina y el socialismo.

LA IMPORTANCIA DE LA PASIÓN POLÍTICA. (Extraído de la charla de Guillermo Estévez Boero, Escuela de Formación Política Santa Fe, 1999)

«Hay que comprender que el socialismo no es un sistema. El socialismo es un conjunto de valores, que a través de la historia se va aplicando a cada momento, se va aplicando en cada circunstancia. Y también algo que se dijo acá, que se habló, que es el tema de la pasión política. Esto para nosotros es esencial, la pasión política. Tiene que haber pasión. Pero la pasión no tiene sus raíces en la ciencia, sino en la utopía, en el ideal. Y no hay lucha socialista sin utopía y sin ideal. Esto hay que comprenderlo. El socialismo hace muchas veces a la posibilidad de la concreción de la utopía, del ideal, como resultado de la pasión de la gente, de que hemos sabido llegar a la comprensión de la gente, que la hemos sabido movilizar. Y esa gente movilizada tras un ideal es una fuerza transformadora incalculable, mucho más allá de lo que puede estudiar la gente. Por eso es necesario avanzar con las dos piernas del socialismo: con la ciencia y con el ideal, con la utopía de un país diferente, de una ciudad diferente, de un barrio diferente. Y esto es posible, y se ha demostrado muchas veces que esto es posible. Ahora, para terminar, dos cositas. El hombre es el hombre. Esto parece una perogrullada, pero no es así. El hombre no es una ficha, no es un número. Y ese hombre está alimentado por su pasión, por su voluntad puesta al servicio, políticamente hablando, de un ideal. Entonces cuando nosotros nos burocratizamos, y decimos: ‘en este barrio no hay que hacer nada más porque ya todos tienen tal número de calorías, están las cloacas bien, la escuela bien, los juegos infantiles bien, no hay que hacer nada más.’ Ahí comienza nuestra debilidad. Que era un poco, por lo menos yo lo entendí así, lo que decía el compañero de ‘hacer lo de ayer’.

Barremos otra vez hasta la vereda, limpiamos los vidrios, cerramos: listo, a las cinco de la tarde nos vamos. Así no se gobiernan las sociedades humanas, que quieren una convocatoria para canalizar su ideal, su utopía, su pasión. Y como esta pasión existe, si no la canalizamos nosotros la canalizan otros. El Socialismo Austriaco es muy orgánico, cumple con todas estas pautas, todo limpio, todo lindo, a las cinco de la tarde y se van. Viene la derecha y te gana, llegó a las cinco y cinco, cuando ya estabas descansando porque ya habías hecho todo lo que estaba en el reglamento y no tenías más nada que hacer. Y los suizos también son muy orgánicos: viene la derecha, y les pasa lo mismo. Es decir que cuando somos decentes, eficientes, organizados, pero caemos en una cosa que yo llamo ‘modorra burocrática’, ¡sonamos! Porque dejamos de representar el futuro, el avance, la pasión por crear otra cosa, por imaginar otra solución, por generar mejores condiciones. Y la gente no se queda amorfa, sino que busca donde canalizar esa pasión. Y la canaliza en otro que los convoca, con otras llamadas, sin ética, con lo que quieras, pero posibilita la canalización de esa pasión que nosotros hemos dejado apagar, muchas veces por falta de imaginación y muchas veces por comodidad. Y esto es lo que está pasando en algunos lados, y esto es lo que tenemos que tener en cuenta que no nos pase a nosotros. Esto es importante.»