YO TENGO UN SUEÑO

Damián Javier Lazota es el actual Secretario de Comunicación del Partido Socialista rionegrino. Fue el tercer expositor representando al socialismo en la Audiencia Pública realizada del viernes 9 de febrero.

Su argumentación se sostuvo a partir de visibilizar que el negocio del casino afecta a las personas de menores ingresos y sobre todo, que las «industrias del juego» lavan el dinero de la corrupción política:

Quiero decir, que más allá de la formalidad de esta Audiencia Pública, donde la construcción del casino parece inevitable, es saludable que hombres y mujeres de diversos espacios, podamos hoy estar dando testimonio de nuestras ideas y principios.

No estamos para discutir a los trabajadores de la construcción, que tienen todo el derecho a soñar con un trabajo digno, tampoco estamos para cuestionar el trabajo que dignamente hacen los empleados de Casino del Río, ni siquiera nos creemos los dueños de decirle a ese puñado de asociados del Club Sol de Mayo que permitió la construcción de este casino, que deben renunciar al mejoramiento de sus instalaciones.

Ya saben, desde el Partido Socialista de Río Negro, nos oponemos al casino por considerar que de éste, nada bueno puede salir.

En la década de 1990, cuando además de privatizar la soberanía de nuestra patria se debía brindar “esperanza” a los millones de argentinos y argentinas que perdían sus empleos, las salas de juego, que hasta entonces eran exclusividad del Estado, pasaban a manos de privados hasta multiplicarse por todo el territorio nacional. Es sabido que en tiempos de crisis y desesperanza, muchísimas personas, en especial los más pobres, se encuentran vulnerables a las tentaciones ilusorias que prestan las salas de juego.

Los taxistas saben muy bien de que hablo cuando digo tentaciones ilusorias, desde hace más de un año me vienen contando historias de hombres y mujeres que se suben al taxi habiendo perdido en horas, el salario del mes. Son cientos de historias, todas similares, todas desgarradoras. Hombres y mujeres de los barrios más humildes de Viedma, lo pierden todo con la complicidad de quienes fomentan este tipo de negocios. Los casinos nunca pierden.

Y obviamente que estas “empresas” que viven del esfuerzo y trabajo de apostadores, saben como llegar a la gente.

En una de las pantallas que muestra la web de Casinos del Río, una frase se destaca; “donde los sueños se hacen realidad”.

En tanto, se instala la idea que el “proyecto casino”, que muchos nombran y pocos conocen, traerá progreso a Viedma.

A continuación, mencionaré párrafos de una investigación realizada por FOPEA, -Foro de Periodismo Argentino-, donde:

el Dr. Carlos González Guerra, actual Director Nacional de Política Criminal en Materia de Justicia y Legislación Penal, apunta al principal riesgo del sector: «La actividad ilícita penal en el marco del juego es, fundamentalmente, el lavado». «Siempre ha sido un lugar común para el lavado de dinero por su flexible regulación».

En octubre de 2010, según refleja esta investigación, Argentina ingresó en la lista gris del GAFI -Grupo de Acción Financiera contra el blanqueo de capitales-, por cumplir sólo 2 de los 49 puntos recomendados para evitar el lavado de activos. La UIF -Unidad de Información Financiera-, creó entonces las Direcciones de Inspecciones y Sumarios, con el fin de aumentar los controles e identificar a los sujetos obligados a declarar activos y ganancias. Hasta entonces, no había un sistema de multas y sanciones sobre los actores del juego: Empresarios y directivos de casinos, salas, bingos y carreras hasta podían aportar en campañas políticas.

Otro de los párrafos dice; Todo delito necesita blanqueo de ganancias. «Si los investigadores nos abocamos a perseguir y acabar con el lavado de dinero, estaremos logrando en realidad acabar con las actividades ilícitas», concluye Del Carril -Director en Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-. «Las organizaciones buscan ganancias.

En tanto, el perito contable Alfredo Popritkin apunta a la concepción social en torno al juego que permite entender por qué aún no se han dispuesto los controles necesarios: «En países como el nuestro, a las actividades ilegales vinculadas al juego no se las ve como delitos graves, como sí se considera al narcotráfico, al terrorismo». «Se piensa que ´no es tan grave, no hace tanto daño´, y es un negocio que financia la política», dice Popritkin, quien agrega: «En la Argentina, el juego está controlado, en su mayor parte, por organizaciones vinculadas a la política, así se puede entender por qué no saltan las alarmas ante movimientos sospechosos de dinero».

Desde el Partido Socialista, no dejamos de levantar nuestra voz por lo que creemos justo. Es parte de nuestra esencia. Otros actores prefieren callar, o esconderse en la demagogia de un discurso que guste. Sin embargo, no estamos acá para agradar, venimos a gritar nuestras verdades, y aunque esta puesta en escena es una digna expresión del sentir de una parte de la ciudadanía, no podemos dejar de mencionar que nos hubiera gustado que se consulte a la ciudadanía toda, sobre la instalación de un casino que se va a convertir en una gran vidriera, en especial para la juventud que se está formando su pensamiento crítico.

En un país donde se declama haber perdido la “cultura del trabajo”, se emprenden negocios que fomentan la cultura del no trabajo, que destruye familias, que le quita cientos de millones de pesos al año al comercio e industria local. Eso lo saben nuestros representantes.

Quienes hacemos política, tenemos la obligación de jugarnos, no en el sentido lúdico de la palabra, sino en un sentido ético y moral, porque la cobardía de quienes gobiernan, hunde a los pueblos en la peor de las miserias.
Desde el Concejo Deliberante de Viedma, hace poco más de un año, dimos esa batalla. Propusimos la prohibición de casinos en todo el ejido de Viedma a excepción de El Balneario El Cóndor, como primera etapa para terminar con este negocio destructivo. El Partido Socialista, en la figura de la Concejala Mariana Arregui, quedó solo en el intento, sin acompañamiento de sus pares. Nadie podrá decirnos que no lo intentamos. A eso me refiero con jugarnos.

Parafraseando al gran luchador de los derechos humanos, Martin Luther King, yo tengo un sueño, “a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño”. Es un sueño profundamente arraigado en la solidaridad del pueblo, de pensarse a sí mismo como un todo y no como un cúmulo de individualidades que sólo piensan en sí mismo. El casino es un ejemplo palmario del individualismo, tan útil para la descomposición de la sociedad.

Basta de decir que los casinos traen progreso, los casinos no generan riquezas para las ciudades, al contrario, se las llevan!

Desde el Partido Socialista queremos romper con la noción de progreso que quisieron asociar a la instalación de un casino a la ciudad. Progreso es la generación de empleo asociado a industrias. Progreso es que nuestras chacras produzcan. Progreso es que el dinero que hoy se devora el casino, se vuelque en Viedma.

A quienes hoy tienen la responsabilidad de gobernar, les digo, no sigan manchando la política, esta herramienta fenomenal que a lo largo del siglo pasado y parte de este, con avances y retrocesos, convirtió en derechos los reclamos y necesidades del pueblo, debe servir al pueblo, no a un puñado de iluminados funcionarios y empresarios.

Yo tengo un sueño, y es que la política, algún día, nos pueda unir en lugar de dividir.

Exposición de Damián Javier Lazota

Secretaría de Comunicación
Partido Socialista de Río Negro